Igor Galdeano voló hacia el récord: 55,176 km/h

“¡Toma, toma, toma!”. Igor González de Galdeano gritaba de éxtasis al cruzar la meta de Zaragoza en la Vuelta a España 2001. Y eso que todavía no sabía que su victoria suponía también una nueva plusmarca de velocidad en una gran ronda: 55,176 km/h. Nunca se había ido tan rápido en una etapa en línea. Ni se ha vuelto a ir. Cuando Igor se enteró, se abrió otra sonrisa en su rostro: “En 1999 gané el prólogo de Murcia y vestí el primer maillot de oro de la historia. Ahora también tengo este récord. No deja de ser una anécdota, pero será bonito contárselo a mis nietos”.

El viento hizo volar durante los 179 kilómetros desde Logroño al pelotón, que llegó partido a la meta por los abanicos formados por el ONCE-Eroski, que recogió también el premio del triunfo. Galdeano recordó que había un repecho a 1,5 km y sorprendió a los velocistas.

La etapa no pudo verse en TVE, sólo la llegada. La razón oficial era que el fuerte viento había derribado el repetidor. Por la meta circuló otra versión: unos vecinos no dejaron colocar el aparato en la terraza del piso donde se había puesto otras veces, si no había una compensación económica. Y no la hubo.

La anterior marca de velocidad también pertenecía a la Vuelta: Jan Stablinski, vencedor de la carrera en 1958, rodó a 51,556 km/h en la etapa Zaragoza-Lérida en 1963, año en el que ejerció de gregario de Jac­ques Anquetil, ganador final. Zaragoza, otra vez implicada. Allí descansará hoy la Vuelta.

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