El Atleti se cansó de ser manso

En quince meses, Atleti y Madrid han jugado dos finales y media y los tres partidos llegaron 1-1 al final del segundo tiempo. Luego, una prórroga giró para cada lado y hoy desempatarán este asalto. Entre medias, se cruzaron también en Liga (ventaja rojiblanca) y Copa (victoria blanca). Pero pese a lo representativo de la muestra se sigue detectando cierto desprecio desde el bando blanco: que si sólo defienden (pese a que el Atleti tiró más a puerta en la ida), que si la dureza, que si vaya suerte, que si la abuela fuma. Como si todo fuera un accidente. Eso se llama negar la realidad.

Lo que ha logrado Simeone, alternando estilos y trucos, tan capaz de dar dos pasos atrás como dos adelante (repasen la victoria liguera en el Bernabéu), es igualar con la estrategia lo que es imposible de compensar desde la calidad individual. Uno entiende que el Madrid prefiriese que el Atleti le jugase como en los tiempos pre-Cholo: acomplejadito, manso y entregado de inicio. Pero eso se ha acabado. Donde antes había un pelele, ahora hay un enemigo con la incómoda costumbre de pensar en ganar y no en evitar el ridículo. Al final, esto es sencillo: ser mejor implica demostrarlo. Lo demás son excusas.

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