El Gamper de Luis Suárez y Luis Enrique

Esta noche hay Gamper, un torneo unos diez años más joven que el Carranza y el Teresa Herrera, pero con el mismo aroma clásico y con una personalidad muy diferenciada. Tiempo atrás, cuando había pocas televisiones y ninguna información sobre el fútbol del exterior, en Barcelona era un acontecimiento, porque suponía la presentación del equipo, con los nuevos fichajes, y de ahí se salía diciendo aquello de ‘aquest any, sí’ o ‘aquest any, tampoc’, sobre si lo nuevo daría o no para ganar la Liga. Era entonces un cuadrangular, con buenos equipos americanos o europeos, y daba mucho de sí.

Ahora no es cuadrangular, sino un sólo partido, ante el León de Guanajuato, equipo con nombre de campeón del ‘catch’ (con ellos viene Márquez) y cuando se llega a él ya se han visto por televisión varios partidos del Barça. Y los nuevos no tienen secreto, porque ya no hay jugador en la tierra que el buen aficionado no conozca. Pero hoy confluyen la aparición de Luis Suárez (que quizá no juegue hasta la segunda parte) con la presentación en sociedad del modelo Luis Enrique, kilómetro cero de la nueva etapa. El modelo Guardiola ha llegado hasta aquí. Hoy empieza otra época.

El socio está a medias desconfiado por la parte de atrás (no se ha igualado la pérdida de Valdés, y de tanta búsqueda de central sólo han salido Matthieu, treintañero y caro, y el lesionado Vermaelen) e ilusionado con el triplete Messi-Luis Suárez-Neymar, que puede ser tremendo si se gustan y se quieren. Aparece además Rakitic, que tanto gustó en el Sevilla, y por ahí anda Rafinha, que gusta. Pero nadie entiende la cesión de Deulofeu, que ilusionaba, no se ha conseguido sacar a Alves y nadie sabe cuál va a ser el papel de Xavi, con lo que eso supone. Suficientes motivos para mirar con interés el Gamper, ese clásico.

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