Sin trofeo, pero con Fazio

La noche del martes había ruido en el hotel St. David. Eran los jugadores de Emery al grito de Sevilla. Sospechaban que habían llegado bien y les alimentaba la hazaña de Turín y la sensación de que el Madrid se había entrenado menos. Lo que pasó luego fue un baño de realidad. El Sevilla fue menos porque el fútbol al final no engaña y, libra por libra, la distancia es abismal.

Esta vez el avión volverá sin trofeo, pero con una certeza. El Sevilla perdió, pero Fazio salió reforzado. Parece mentira que Sabella no llamara al chico y que nadie haya pagado este verano los diez millones de cláusula. Por lo demás, y con Rakitic ya en el olvido, queda por resolver cómo definirá Emery el estilo del equipo, incluidos los fichajes, que dejaron muy poco. A Aleix Vidal le superó el partido, Krychowiak es aún sólo un jugador correcto y el salto a la élite de Denis depende de algo más que un destello. De momento, el Madrid es demasiado.

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