La tremenda soledad del portero ante el equipo

Penalti. Alguien que los conoce bien me dijo un día que los porteros tienen que estar por fuerza un poco locos. Por eso se cambian de peinado, se tiñen, tienen manías que exhiben bajo los palos. Son gente especial; por ejemplo, su alegría ante un gol de su equipo tiene que expresarse en solitario, y en solitario están cuando reciben un gol, mientras celebran los contrarios. Decía Kafka que despertar es el momento más arriesgado del día; pues para un portero el hecho mismo de salir al campo ya supone un riesgo para su desamparo. Peter Handke habla de ello en ‘El miedo del portero al penalti’.

Frágil. También es fragilidad. Por muchas condiciones que tengas, el azar es más volátil en el desarrollo de ese puesto. Por eso desata el portero una extraña solidaridad que comparten tanto los propios como los contrarios. No se produce ese sentimiento con ningún otro jugador. Soy del Barça, como quizá sepan, pues el futbolista que más quiero del Madrid es Casillas. Sus recientes tribulaciones han sido para muchos tribulaciones propias. Y ahora que parece más frágil, más admiración siento por su especial momento personal.

Tristeza. Cuando un futbolista está triste y lo exhibe es que algo muy serio le pasa. Ese vídeo que exhibió AS esta semana en la que están los tres porteros que hasta ayer tuvo el Madrid (Navas, López, Casillas) es una expresión viva de ese estado de ánimo de los futbolistas enfrentados a un destino público ante el que no pueden disimular. Es tan solitario ese puesto, aunque estén tres porteros juntos, que la soledad que muestran es individual. En este caso, Navas estaba ensimismado porque la fiesta iba con él y no podía compartirla; los otros dos llevaban la procesión por dentro y por fuera. El más cariacontecido era López; al final le señalaron la puerta, que es la peor portería. Y se va al Milán.

Profesión. Es una vocación, pero cada vez más una profesión: parar goles allí donde te pagan. Por eso no tiene tanto sentido que los hinchas nos preocupemos tanto por los que juegan al fútbol profesional. Mañana López será del Milán y le parará goles al Madrid. Pero su soledad no la alivian ni el oficio ni el dinero, imagino. Ahora, ya ven, Reina ha bailado hacia el sitio que parecía que iba a ser de Valdés. ¿Y qué será de éste, desprendido del Mónaco? Qué quieren, ahora me preocupa Valdés, me sigue preocupando Casillas. El portero es el ser más solitario de un equipo y me gustaría que siempre les fuera bien.

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