Xavi se merece ser Ryan Giggs

Hubiera sido todo un drama que Xavi hiciera caso de su primer instinto y que tras quedarse fuera del partido clave de la Liga y del encuentro determinante del Mundial decidiera irse del fútbol por la puerta de atrás y apurar sus últimos años en Qatar o en USA. Eso hubiera supuesto una capitulación en toda regla. Por suerte, el mejor jugador de la historia del fútbol español -y que don Luis Suárez me perdone- reflexionó. “Me precipité. Lo siento”, dijo el lunes el de Terrasa en un ejercicio de autocrítica que le honra. Xavi es un capital futbolístico andante que se ha hartado escuchar los elogios que se han dedicado en los últimos años a Ryan Giggs o Paul Scholes (dos de sus admiradores) pero que a él se le han negado sistemáticamente. Xavi ha jugado con lesiones, con dolor y muchas veces fue criticado por los mismos que se asombraban de que los dos mitos del Manchester United jugaran tres partidos cada dos meses en condiciones parecidas. No era justo.

De momento, Xavi ha dicho adiós a la Selección. Era ilógico que el jugador más inteligente que ha pisado últimamente un campo de fútbol, el que siempre bajaba la pelota al pasto antes de actuar, el que siempre tenía en cuenta la situación en el campo de amigos y enemigos actuara sin pensar. Ha sabido rectificar. Dar esa vuelta mágica con la que descoloca los rivales y volver a ser el dueño de la pelota. Él marca el ritmo. Como siempre. A ver si ahora le tratan como a Giggs y a Scholes.

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