El chileno Pinilla se tatúa su tiro al palo: “A un centímetro de la gloria”

Un accidente. Nico Rosberg, actual líder del Mundial de Fórmula 1, tiene como buen aficionado de a pie su propia alineación. Nada más ganar a Argelia, publicó en Facebook su once preferido para medirse en cuartos a Francia. Su sacrificado para dar entrada a Schürrle es..., Özil. A Höwedes lo mantenía como titular por una razón. El 27 de mayo, Rosberg acudió a una visita promocional de Mercedes a la concentración de la Mannschaft. En la misma, Rosberg y el piloto de DTM Pascal Wehrlein participaron en una exhibición con Höwedes y Draxler. Wehrlein atropelló a dos personas que andaban por el circuito. Rosberg quedó en “estado de shock”. Afortunadamente, no fue a más.

Tatuaje. Lo de Mauricio Pinilla es distinto e inusual. El delantero del Cagliari se ha tatuado en la espalda su disparo al larguero en el minuto 120 que, de haber entrado, hubiera eliminado a Brasil y hubiera puesto a Chile en cuartos por segunda vez en su historia. La imagen, que va acompañada de la frase “One centimeter from Glory”, despertó un buen revuelo en las redes sociales. Pese a haber fallado un penalti en la tanda, también decidió tatuarse “Bendecido de por vida”.

El Papa.Francisco I. reconocido aficionado al fútbol y socio de San Lorenzo, vibró ayer con Argentina. Antes del partido bromeó conla Guardia Suiza, el cuerpo militar que custodia a los Pontífices desde hace más 500 años y que ahora vigila la residencia de Santa Marta donde vive: “Va a ser la guerra”, les dijo. Además, el Twitter del Vaticano publicó una viñeta diseñada por David Griger en la que aparecía con una bufanda junto a su escolta viendo el partido con pasión.

Drama. Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Andrés Escobar, central que se marcó un gol en propia puerta en el Mundial 94 ante el anfitrión, Estados Unidos, y pocas semanas después fue asesinado por Humberto Muñoz Castro. La Justicia lo zanjó con una condena al asesino, pero la familia siempre mantuvo cómo móvil del crimen las redes de apuestas. Paradójicamente, uno de los jugadores del torneo, James, arrastra un drama familiar parecido. Su tío Antonio Rodríguez, jugador profesional del Club Independiente Medellín, fue asesinado a mediados de los noventa.

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