El fútbol de balón ganó a los atletas

Fútbol, lo que se entiende por fútbol de balón, se vio poco en Salvador de Bahía. Fútbol, entendido como esfuerzo físico y tiroteo cruzado, fue lo que escenificaron Bélgica y Estados Unidos en un partido agotador incluso para la vista. Resultó un exponente más de que en el Mundial hay selecciones que entrenan la carrera de resistencia antes que el buen trato de la pelota. Es la realidad. Una vez que España se marchó y con excepción de alguna pincelada, lo que prima es lo que ayer derrochó sobre todo Estados Unidos en estos octavos: energía para llegar hasta el área enemiga pero... después definir con clase es otra historia. Bélgica se equivocó aceptando esta propuesta en la primera parte y afortunadamente para ellos se rebelaron tras el descanso.

Los belgas intentaron poner orden con Fellaini, Hazard, Mertens, Origi y compañía mientras que los de Klinsmann lo hacían casi todo a una velocidad enloquecida. Un fútbol muy a la americana, en el que la victoria se busca por empuje caiga quien caiga. Bélgica apostó por aplicar el método de la vieja escuela europea, de cocinar la jugada, de desarrollar una táctica razonable para llegar al iluminado portero Howard, todo un crack. Estados Unidos se mantuvo en permanente estado de excitación en busca de la clasificación, apoyada por una afición a la que ya le apasiona el soccer, abanderada por el propio Obama, que incluso aplazó sin pudor una reunión de Consejo de Estado para ver el partido. Pero apareció Lukaku y se acabó el sueño americano.

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