Bacca quiere ser Kanouté

Algunos buenos amigos nos vinieron avisando de las gestas de Carlos Bacca en Bélgica la temporada pasada. A Monchi le asombraron los números del delantero. No sólo los goleadores. También los de sus esfuerzos físicos: kilómetros recorridos, distancia en sprints continuados... Dispuesto ya a la revolución, Monchi entendió que para levantar el nuevo Sevilla no era necesario el talento. También esfuerzo.

Algunos clubes no creyeron en la fiabilidad de la Jupiler League belga ni en la tardía explosión del jugador. Como si fuera a resultar arroz pasado. El héroe de Puerto Colombia ha sido uno de los triunfadores de la temporada. Es difícil hacerse querer en Nervión en solo una sola temporada, mejorar los registros goleadores de los primeros años de Luis Fabiano y Negredo. Eso ya lo ha conseguido, pero seguro que ya le han explicado por qué Kanouté es mucho más que un futbolista en Sevilla. Que fue el jugador que no falló en Eindhoven, Mónaco o Glasgow. Es, en suma, el hombre de las grandes finales. Dice Bacca que sueña con el gol de la final de Turín, pero mañana cuando se despierte todavía tendrá que marcarlo. Y será historia.