Objetivo: remover los obstáculos

Érase una vez alguien que empezó a jugar al fútbol desde los tres años para agradar a su padre, que convirtió esa pasión heredada en propia y que con sólo 20 añitos fue convocada por la Selección absoluta de su país. Érase otra vez otro alguien que soñaba con balones naranjas y con canastas de tres, que lloró de pena cuando siendo adolescente tuvo que coger un autobús a Salamanca para cumplir ese sueño y que como ese sueño continuaba decidió, cuando rondaba la veintena, marcharse a Estados Unidos a la mejor liga de baloncesto del mundo. Ahora adivinen quiénes son los protagonistas de estas historias. ¿Se imaginan a chicas? ¿A chica? ¿Acaso importa?

Y la respuesta es que no. No importa porque los sueños no entienden de hombres o de mujeres, pero sí que entienden de trabajo, de tesón, de sacrificios... y de felicidad, claro está. Y eso lo comparten Amanda Sampedro y Amaya Valdemoro con sus colegas masculinos. El problema surge cuando para cumplir esos sueños ellas tiene que superar más dificultades que ellos. “Remover obstáculos”, en palabras de la directora del CSD Ana Muñoz, es el objetivo a cumplir por todos. Porque nadie debe ponerle barreras de género a los sueños.

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