Solo fue un empaste

Joaquín Caparrós había preparado el partido a conciencia. Es verdad que contra el Barcelona por mucho que ensayes y lo estudies todo al detalle en la mayoría de las ocasiones tampoco te sirve. Pero el Levante rozó la perfección. Sólo se le escapó el 10, la puntuación máxima, porque a un equipo como el granota no le pueden meter un gol de balón parado y porque al final, en el último esfuerzo, el premio aún pudo ser mayor de no ser por las imprecisiones propias del desgaste y el cansancio acumulado en la dura batalla.

A día de hoy se podría decir que el Levante es un gran animador de esta Liga. El Real Madrid ya lo pasó mal en el Ciutat y los de Caparrós le plantaron cara al poderoso Atlético en el Calderón. Ésta vez fue mucho menos dolorosa la visita al dentista. Bastó con un simple empaste y sin anestesia ni nada. Lo que para el Barcelona son migajas, al Levante le sabe a gloria un punto que le acerca más a la salvación.

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