Novedades en la Vuelta

La Vuelta nos descubre nuevas subidas, y es de agradecer. La de San Miguel de Aralar, en Navarra, será una de ellas. Indurain, quien reconoció la ascensión para AS, dice que se trata de un “puerto muy duro”. Su palabra va a misa. Es la de un pentacampeón del Tour, y si alguien sabe de esto es él. Las fotos dan testimonio de las rampas que hay. Son de cemento, como la subida a la Bola del Mundo o las partes más empinadas del Muro de Ézaro. Una superficie que agarra para evitar que las cubiertas patinen. Más debido a cuando hiela o llueve que a su porcentaje. No es exagerado, pero como tampoco tiene descanso acaba siendo, como dice Indurain, un puerto muy duro. No para decidir la Vuelta, pero sí para definir posiciones.

Cuando la Vuelta suba a San Miguel de Aralar irá media carrera. Ya habrá habido una crono y un par de llegadas en alto. Quedará lo peor, sobre todo el tríptico de alta montaña en la Cordillera Cantábrica, que este año vuelve. Mas en Navarra los gallitos tendrán la oportunidad de medir sus fuerzas en los once kilómetros de subida continua. Si alguno acusa el esfuerzo, adiós Vuelta. Como se trata de una ascensión inédita, las expectativas son mayores. La falta de un guión escrito es el mayor atractivo del deporte. Por eso las innovaciones son tan importantes en las grandes vueltas, y en esto la Vuelta ha creado escuela. La de San Miguel de Aralar no será la única. Aprovechar la variedad que ofrece España enriquece la carrera. Un acierto.

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