El nueve está a tiro de Jesé

Hace falta valor torero y media tonelada de autoestima para aguantar en el Madrid, con tarjeta de canterano, jugando en los terrenos de Cristiano, de los recién llegados Bale e Isco y del rehabilitado Di María. Lo hizo Jesé este verano, por consejo de Zizou, según explica, pero también porque vio un pasillo en la galaxia. Le acompañan la fuerza y la irregularidad de Benzema, su puerta de entrada.

Técnicos que le educaron en el Madrid y que le limaron sus excesos de adolescente creen que en realidad es un nueve y medio, un cruce entre pasador y rematador, más aprovechable en el centro que en la banda. “Es muy rápido en veinte metros, pero está lejos de aguantar esa carrera sostenida de Cristiano durante cuarenta o cincuenta pegado a un banda. Necesita moverse más cerca de portería”, cuentan.

Ahora está a punto de echar la puerta abajo con viento de cola: languidece Benzema, no despega Morata, él quiere y el Bernabéu, que desde Casillas no ve un canterano como primer espada, está deseando quererle y Ancelotti empieza a intuir que ahí hay una solución para hoy y no sólo para mañana. Y quienes le hubiéramos recomendado un erasmus tipo Deulofeu empezamos a recular.