La taquilla está garantizada

No era la noche. Está claro que el Madrid se empeña en hacer siempre todo aquello que no respeta el guión establecido. El Atleti golea en Sant Andreu y el Barça en Cartagena, y parece que a los nuestros les cuesta hacer algo tan normal como imponer la lógica superioridad entre un gigante y un modesto y honesto equipo de Segunda B. Al Madrid de Ancelotti le recibieron con fuegos artificiales y un césped de hierba artificial. Tanto ‘artificial’ alejaba al Madrid de una realidad de la que tardó mucho en darse cuenta. El ardor combativo de los setabenses dejó en evidencia a un equipo que de primeras se lucía por su composición genética. Ver un Madrid con nueve españoles (siete de ellos canteranos) prometía más emociones de las vividas. De acuerdo que no sufrieron, pero tampoco emocionaron. Creo que hasta decepcionaron a los más de 5.000 aficionados que casi llenaron el estadio de La Murta en la noche más importante de su historia. Este Xàtiva no encaja goles y la estadística no era casual. Francis puede presumir de ser un portero que guarda su guarida incluso ante campeones de Europa y del Mundo. Mi alegría es ver que un grupo tan humilde como el del Olímpic vea que soñar es posible. Al menos, la taquilla del Bernabéu para el 18 está asegurada.

Isco es la magia. Asistí al empate con gafas (0-0) en la sede de la peña madridista de Nerja (Málaga). Un centenar de entusiastas madridistas sólo encontraron un motivo para levantar la voz y jalear su madridismo: Isco. Su paisano no quiso dejarme mal y fue el único soplo de aire fresco en una velada tan tediosa. Su requiebros, sus amagos y su magia fueron lo más digno de un Madrid plano y sin espíritu creativo. Isco tiene algo especial y por eso Ancelotti se ganó la reprobación de los peñistas de Nerja cuando le sustituyó por Modric. Por cierto, horas antes pude ver las famosas cuevas de Nerja con un guía muy especial. Su nombre Miguel Muñoz, como el histórico entrenador de los grandes tiempos del Madrid de las Copas de Europa, y este hombre fue uno de los cinco descubridores de estas cuevas cuando sólo era un crío allá por el año 1959. Miguel es un madridista confeso, como debe ser.

Mal Di María. No me gustó nada el gesto desafiante ni la actitud de Di María en La Murta pese a que Ancelotti le justificó. En el Madrid nadie te puede garantizar la titularidad y rebelarse para irse es el peor camino que conozco. Igual que luchó el pasado verano debe recuperar su orgullo para hacer ahora lo mismo. Se está equivocando...

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