Valor sin medalla

Pónganse en pie y aplaudan. Este Rayo concursal que bailó al Madrid un rato con valor y arte torero, siempre más cerca de la enfermería que de la puerta grande, tiene doce jugadores nuevos, dos cruzados rotos (Seba y José Carlos) y ha perdido, de un año a otro, a sus cuatro mejores goleadores (Piti, Baptistao, Delibasic y Chori Domínguez). Se marcharon ellos y se marcharon 36 goles de los 50 que hizo el equipo el año pasado para acabar octavo, que es matrícula de honor para los de su especie.

Ahora juega con el mismo arrojo, pero con menos pólvora y atrás le devoran las bajas. El viento sopla fuerte en contra y los resultados están por debajo del juego, pero hay esperanza. Queda la idea casi romántica de Paco Jémez, Viera y Falqué tienen chispa, Lass ha vuelto y le dio la noche a Coentrao y Marcelo, lo peor del calendario ha pasado, sobrevive el instinto de matagigantes y siempre quedará enero para encontrar al Michu o Diego Costa con hambre que le sobre a otro...

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