Gareth Bale: poderío y pierna izquierda

El fútbol es así: crea sensaciones exageradas, en parte me gusta por eso. El Madrid volvió alicaído de Barcelona, quejándose del arbitraje, del desvarío de Ancelotti y de su perra vida: tan pronto y ya a seis puntos de la cabeza. Un solo día ha cambiado el panorama, pero ¡qué día! La víspera la agitó Blatter con su patosada, que unió al madridismo y dejó en segundo plano lo anterior. Luego, manguerazo de goles, a un lado y otro, el Benzema lúcido que tantas veces se añora, más Cristiano Ronaldo, por supuesto, más Gareth Bale, que entra con buen pie. Para lo poco que ha jugado ya lleva tres goles.

Ese 7-3 es un resultado extraordinario que emparenta con el que los clásicos consideramos la mejor jornada de la historia del Madrid, la final de la V Copa de Europa, en Glasgow, ante el Eintracht. Esa coincidencia en marcador tan infrecuente le da más relevancia a un partido en el que tras el saludo militar de Cristiano al generalísimo Blatter y la feliz noche de Benzema emerge la potente figura de Gareth Bale, cuyo primer gol, con ese movimiento tan suyo en el que parece envolver la pelota, confirma una de sus credenciales: tiene una pierna izquierda de lujo, además de su gran poderío físico.

Lo segundo aún no lo ha podido exhibir, entre falta de pretemporada y dolencias. Pero llegará. Anteanoche mismo se ahorró esfuerzos hacia atrás, lo que viene a ser una de las explicaciones de que el área del Madrid sufriera tantos estropicios. Pero en el futuro los hará. Es una potencia natural, ofrecerá esfuerzos largos cargados de rapidez y poderío. Pasada la chaladura de ponerle de delantero centro, le veremos mucho, por fuerza, donde veíamos a Di María, pero también en ocasiones donde vemos ahora a Isco o Modric, detrás del delantero. Poderío y pierna izquierda, eso va a aportar. Pisará fuerte.

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