Pedrosa en este caso no tiene razón

Siempre que hay un lío entre dos pilotos, parece que es obligatorio decantarse por uno de ellos. Hay veces que es fácil hacerlo, sobre todo cuando el culpable realmente lo es. Otras, no lo es tanto porque el responsable puede ser cualquiera de los implicados. Pero hay una tercera posibilidad: que no haya culpables. Ayer, no los hubo, pero Pedrosa (y me imagino que Puig), los comisarios de la FIM y Dorna se han empecinado en montar un caso en torno a un infortunio técnico que deja muy malas sensaciones. No se puede armar este jaleo porque un piloto roce con su brazo un sensor de control de tracción. Entiendo que Dani se enfade, sobre todo por la caída o porque podía haber ganado, pero no por el Mundial, que lo tenía perdido mucho antes.

Las quejas de Pedrosa me suenan a pataleo o mal perder. Es una pena, porque es realmente injusto que Pedrosa no sea ya campeón. Ya les pasó lo mismo a Biaggi o Mamola. Es el síndrome de Poulidor. Y si realmente fuera obligatorio o necesario buscar un culpable, yo señalaría a Honda. No soy mecánico, pero no entiendo cómo ese sensor no va protegido. Sinceramente, creo que estamos más ante una fatalidad estadística, de ésas que los ingenieros afirman que no pueden suceder pero que suceden (que un brazo inutilice un sensor), que de una maniobra imprudente. También ante la impotencia de un grandísimo piloto que no logra ganar el título de MotoGP. Esperemos que Honda resguarde el sensor y que los cazadores de brujas se estén tranquilitos.

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