Levy juega con cartas marcadas

La cabezonería y el gusto que tiene Daniel Levy por verse cada día en los tabloides ingleses agrandando su fama de negociador feroz está logrando algo que parecía imposible antes del verano: que la afición madridista haya pasado de estar ilusionada por el fichaje del crack a estar harta del culebrón. Todos sabemos que Bale va a jugar en el Madrid y el empeño en alargar el asunto por parte del presidente del Tottenham es más de cara a la galería que una postura de fuerza real. La partida de póker se está jugando con las cartas marcadas y alargar el truco no tiene sentido.

Entiendo que Levy se haya podido sentir molesto con algunos detalles, como ver al chaval paseando palmito por Marbella en vez de sudar en un entrenamiento o que se hayan podido comprar camisetas del Madrid con el nombre de Bale en la espalda. Pero insisto en que es un mosqueo fingido porque la operación está cerrada y Villas-Boas ya se está gastando parte del pastón que va a ingresar por la operación. El juego de retrasar cada día el sí definitivo no es serio porque los primeros partidos importantes de la 2013-14 están a la vuelta de la esquina y Bale va a necesitar una pretemporada que debería empezar cuanto antes mejor.

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