Despierto, con golpeo y ambición

Me hablaron bien de Dani en mis primeros días en Murcia. Era verano de 2006 y decidí que viniese con nosotros a una concentración que hacíamos en la Cala de Mijas. Apenas tenía 15 años, pero denotaba un carácter competitivo imprescindible para la élite. En esa pretemporada fuimos a jugar un partido muy áspero en Orihuela, con el equipo local intenso y extramotivado. Perdimos y recuerdo, ahora se puede contar, que al entrar al vestuario puse como ejemplo a Dani. "Es el único que no se ha rajado", o algo así le dije a los jugadores.

Le hice debutar jovencísimo porque le sobraban condiciones. Era despierto y tenía ambición. Y un golpeo excelente, es de imaginar también que gracias a los genes de su padre. Es cierto que, en ocasiones, este tipo de apariciones tan prematuras tiene luego algún tipo de receso porque se crea un entorno de ansiedad en el que todos colaboramos y tal vez se va con demasiada prisa. Pero los valles también pasan rápido. No me sorprende que brille en esta pretemporada con el Atlético. Tiene las condiciones ideales para jugar en la élite si, como a cualquier futbolista, le llega en el momento perfecto.

Lucas Alcaraz, ahora técnico del Granada, hizo debutar a Aquino en el Murcia.

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