Al atletismo le sobra el dinero

El rendimiento que ofrecen las selecciones de baloncesto es realmente admirable. Lleva cuatro competiciones este verano y van tres medallas. La última, la Selección masculina Sub-20. Tal rentabilidad eclipsa los resultados de otros deportes que también celebran en esta época sus competiciones de selecciones inferiores. El atletismo es uno de ellos, y es de celebrar las seis medallas que han ganado Navarro (10.000), Merzougui (obstáculos), Cáceres (longitud), Imedio (1,500), Aitor Fernández (5.000) y el relevo 4x100 en los Europeos Sub-23, las dos de Bugallo (jabalina) y Diego García (marcha) en los Mundiales juvenil y, el pasado fin de semana, las dos de Álvaro Martín (marcha) y Ana Peleteiro (triple) en los Europeos júnior.

Son medallas, algunas, que presagian un buen futuro. Las de Navarro y Peleteiro llegan precedidas de otras conseguidas en anteriores campeonatos, y Cáceres la ganó con una marca excepcional: 8,37 metros, sólo superada este año por otros dos atletas en el mundo. Ahora bien, estas diez medallas no significan, por desgracia, que nuestro atletismo haya frenado su regresión, porque veníamos de ganar doce en estas mismas tres competiciones. Seguimos llevando muchos atletas (128) para luego apenas rentabilizar el resultado. Esta no es la manera de optimizar los recursos que tiene la Federación. A no ser que a Odriozola le sobren. Si es así, hay que felicitarle. Porque mientras a las demás les faltan, él tiene para que el 87,2% de los atletas vuelvan sin medalla.

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