Roberto Martínez recibe una dura herencia de Moyes en el Everton

Desafío. Contrariamente a la creencia común, David Moyes no tiene el trabajo más difícil en el fútbol Inglés. Ese papel está ocupado por su sucesor en el Everton, Roberto Martínez. Suceder con éxito a una leyenda como Sir Alex Ferguson es un desafío para cualquiera, pero Moyes llega a un club de éxito, uno de los más ricos y poderosos del mundo del fútbol y ha heredado un equipo que ganó la Premier League con suma facilidad la temporada pasada. Es un contraste con la herencia que recibe Martínez en el Everton. El extécnico del Wigan se ha hecho cargo de un club que rindió por encima de sus posibilidades bajo las órdenes de Moyes y que carece de la fortaleza financiera para competir incluso con equipos como el Stoke City y Fulham.

El sustituto. Una de las principales razones por las que Ferguson quería que Moyes se hiciera cargo del United es por su notable capacidad para sacar el máximo potencial a un equipo. Otro reto, que Martínez debe superar en el Everton.

La realidad. Las posibilidades del Everton de clasificarse para la Champions ya han sido planteadas por Bill Kenwright, el siempre optimista presidente del club, y Martínez ha comprado ese sueño. Pero es momento de realidades y no de delirios de grandeza. El Everton no está preparado para la Liga de Campeones. Es un club de mitad de la tabla. No pueden competir con el poder adquisitivo de United, City, Chelsea, Tottenham, Liverpool o incluso algunos de los clubes más ambiciosos que por lo general terminan por debajo de ellos. Si Martínez consigue mantener la estabilidad que dejó Moyes, ya sería un éxito significativo. Sería imprudente e injusto esperar nada más.

Moyes y Cesc. Moyes es un admirador de Cesc por lo que su intento de ficharle no es ninguna sorpresa, pero no siempre se han llevado bien. Mientras fue técnico del Everton, Moyes dijo que el entonces jugador del Arsenal protestaba y se quejaba mucho, y tras una derrota del Everton ante el Arsenal en febrero de 2011, Moyes dijo del español que sus comentarios eran “decepcionantes de un futbolista con talento”. Nunca se supo que dijo Cesc pero se insinuó que le dijo al árbitro Lee Mason que cuánto le estaban “pagando” los del Everton. Si Moyes le quiere, debería enterrar el hacha de guerra.

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