El pundonor no ha tenido recompensa

Lorenzo nos regaló una lección de coraje y pundonor compitiendo en Assen tan sólo 36 horas después de romperse una clavícula. Aquel sábado de hace dos semanas nos pareció un héroe y hoy lo sigue siendo, por mucho que tanto esfuerzo no haya tenido la recompensa que él perseguía: no quedarse rezagado en la lucha por el título mundial. Ahora se ha vuelto a hacer daño y se pierde la carrera de Alemania y casi con seguridad también la de Estados Unidos, pero conserva toda nuestra admiración y respeto. Se fue al suelo dándolo todo, después de haber sido el más rápido en los primeros entrenamientos en Sachsenring y sabiendo que una victoria relanzaría sus opciones. Sin miedo, sin concesiones, sin excusas. Todo abnegación y entrega.

La gesta de Holanda quedará para siempre en nuestro recuerdo y nadie le quitará ya esa satisfacción. Tampoco tiene ninguna relación que precipitara su regreso con lo ocurrido ayer, porque de no haber estado lesionado se habría roto igualmente ese hueso maldito, el impacto fue brutal. Lorenzo vuelve a casa, se rinde en esta batalla pero cayendo con la grandeza de los valientes y pensando que la guerra no está perdida. Lo importante es que se recupere por completo y también que ahuyente los fantasmas que en este reposo forzado puedan rondar por su cabeza. Ha sufrido ya mucho y eso agota, pero es un tipo fuerte y entregado a la causa del triunfo. Por eso ha vuelto a caerse, a hacerse daño: por recordarle al mundo entero que su 99 es en realidad el 1.

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