Las claves: Xavi, Puyol, Villa o Xabi

La Federación se ha dado cuenta de que Del Bosque es el cemento de su proyecto. El seleccionador está valorado más incluso que por su capacidad técnica, avalada por una Eurocopa y por un Mundial (aparte los títulos como entrenador en el Madrid), por sus cualidades personales. Por su bonhomía, sentido común y capacidad para apagar incendios. Lo demostró con su intervención tras la tormenta de clásicos, que fue un episodio que amenazó con romper en mil pedazos la Selección. A Del Bosque también se le valora su habilidad para escapar de toda polémica y sus buenas maneras para solucionar problemas. Luis Aragonés, que fue su predecesor en el cargo, fue el que se inventó el equipo del tiqui-taca sobre el que después ha insistido y mejorado Del Bosque. Luis es un grandísimo entrenador, pero alguna vez entró en los despachos de los directivos de la Federación echando órdagos o planteando crisis, y también protagonizó alguna polémica por su trato con los futbolistas. Con Del Bosque eso se acabó. Y sus jefes lo agradecen.

Ahora están seguros de que podrán convencerle para que siga como seleccionador al menos hasta la Eurocopa de Francia, en 2016. Del Bosque, que no hace tanto pensaba jubilarse tras el Mundial de Brasil, ahora ya no lo tiene tan claro. Al menos no lo manifiesta, como hace algún tiempo. Más allá de los éxitos deportivos, que seguirán por la calidad de las plantillas de la Absoluta, la Sub-21 y la Sub-20, lo que tiene que superar Del Bosque es el dolor que le produjo sacar de la Selección a gente como Senna, y el que le producirá darle el relevo a los Xavi, Villa, Xabi Alonso o Puyol. Y eso será tras el Mundial 2014.

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