¡Es un escándalo! En España la gente bebe cuando celebra títulos

Rick's Café Casablanca. Para los cursis siempre quedará la frase que nunca se dijo en Casablanca. Bogart jamás pronunció "Tócala otra vez, Sam". En cambio, la línea de diálogo que siempre pasó inadvertida -y que sí está en la película- es la del Claude Rains, el gendarme francés, quien acata la orden de los nazis de cerrar el Rick's Café (se había cantado La Marsellesa) al grito: "¡Qué escándalo, aquí se juega!" y que luego cobra sus ganancias del casino. Esa misma frase es aplicable a la zarabanda que se ha vivido en Barcelona tras la rúa. "¡Qué escándalo, aquí se bebe!". Hipocresía social.

A favor de los críticos. En las redes han aparecido argumentos en contra del ejemplo que dieron algunos jugadores del Barça, visiblemente toñas durante el recorrido. Sin duda, el artículo demoledor del periodista @alexsantosbcn en su blog És a dir (esadir.blogspot.com) bajo el título Son jugadores del Barça es de lo más duro que uno ha leído en tiempo. Si quieren a alguien sin pelos en la lengua, es su hombre.

A favor de la rúa. Pero también existe una enorme hipocresía social en este punto. España es un país invadido por el alcohol y los periodistas somos los menos calificados para criticar una dipsomanía que se puede ver en comuniones, bodas, fiestas populares y en exportavoces del gobierno arrasando coches cerca del Retiro. La diferencia está en que estas borracheras no se retransmiten ni tienen la bendición oficial que denuncia Santos.

Punto medio. Debe de existir un término medio. En el que los jugadores, más allá de hacer el ganso (y enseñar el culo) sean conscientes de que hay niños viéndoles y que estaría bien interactuar con ellos en vez de comportarse como en una Fiesta Toga. Lo mismo, como dijo @EduPolo, de la Cadena SER, se podrían aplicar los importantes que van a los palcos (el único espacio donde se bebe alcohol en un estadio). Pregunten si no a algún directivo.

Educación. En todo caso, no cedan la educación de sus hijos a los futbolistas famosos. A los niños no les educa Puyol, ni Xabi Alonso ni Piqué. Les educan sus padres. Y si les molesta ver a gente bebida en una rúa, no les lleven, Porque sus ídolos beben como lo hacen sus cuñados en las bodas.