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Twitter se rige por la ley de la verdad de los cinco primeros minutos

¿Inmediatez o verdad? El atentado de la Maratón de Boston desbordó las redes sociales con un efecto equívoco. Por una parte, todo el mundo pudo saber al momento lo que había pasado, pero luego, como acostumbra a pasar cuando prima más la inmediatez que el análisis, la avalancha de información confundió más que otra cosa. Explican los expertos en esto del Twitter, que cuando acontece un suceso tipo breaking news, las redes sociales sólo son útiles durante los primeros cinco minutos. Es decir, cuando hay que explicar el hecho. Luego, es el juego del teléfono, en el que uno dice lo que le han dicho y se interpretan acontecimientos a miles de kilómetros.

 Efecto llamada. Un estudio de la Universidad Europea determina que lo que engancha al público a una noticias en la red es, fundamentalmente, la inmediatez del suceso, pero luego el segundo factor es la ironía. El peligro de la ironía es que no todo el mundo la entiende igual. Para ejemplo, la Fórmula 1.

Alonso y Webber. Que Fernando Alonso y Webber se llevan bien se ve que es cosa sabida. Por tanto, es normal que cenen juntos. Lo que chirría es que el piloto asturiano cuelgue en su Twitter una foto de la cena después de la bronca de Webber con Vettel y que acto seguido la borre. Nadie puede parar al efecto llamada.

No tiene arreglo. Cuando tienes más de un millón y medio de seguidores, tratar de borrar una foto es una tarea absurda. Entonces, sí que quedas retratado. En este sentido, la respuesta de Vettel, extrañamente, fue irónica. Como si fuera el único que no hubiera visto la foto comentó: “¿Es que estaban desnudos?”. De la inmediatez, pasamos a la ironía. Estos tipos saben perfectamente vender su feria.

Ocasiones perdidas. A todo esto, la semana deportiva en las redes sociales ha resultado ser una oportunidad perdida para todos aquellos que predican que no todo es fútbol. Aquí han perdido su ocasión de destacar porque a partir de la semana que viene nos vamos a comer la Champions con patatas a todas horas.

Con alegría. Y como para entonces nos pondremos muy susceptibles (especialmente si se nos viene encima la final soñada), recuerden que más allá de la inmediatez, la gente quiere reírse. Ironía.