La llave de todo la tiene Xabi Alonso

Su padre, el bravo y voluntarioso Perico Alonso (ganó dos Ligas con la Real Sociedad en 1981 y 1982), dio una clave el otro día: "Él lo que quiere es un poquito ver qué pasa, cómo van las cosas y, en su momento, tomará la decisión oportuna. Nada más". Xabi no quiere hipotecarse con una renovación que el Madrid y la afición blanca anhelan como agua de mayo. En San Mamés se volvió a ver la mejor versión de un jugador-total. Controla, pasa en corto, en largo, maneja, propone, dispone y, cuando el guión pide entrar fuerte y con hombría, allá que va sin encoger la pierna un solo milímetro. El tolosarra es la aguja del compás de un Madrid que precisa de su sentido común para tumbar a los rivales.

Por eso, el Madrid se está curando en salud buscando en el mercado posibles Xabis Alonsos. No los encuentra, ya se lo avanzo yo. No hay ninguno de su perfil, añado sin titubeos. El guipuzcoano acaba contrato en 2014 y para entonces tendrá 32 años y seis meses. Una edad perfecta para seguir un par de temporadas más al nivel que nos tiene acostumbrados. O sea, altísimo. Pero su pubalgia le atormenta y no quiere parecer un ventajista. En junio abrirá la boca. Ojalá se quede. Más nos vale.

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