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La lluvia se llevó al Atleti

El Valencia jugó mejor que el Atlético, que mejoró tras el descanso. Pero los rojiblancos no ofrecieron una buena versión y lo mejor fue el gol de Falcao y el punto conseguido.

La lluvia se llevó al Atleti

Muy plomizo. Lo mejor del partido para el Atlético ocurrió antes de comenzar el choque con la iniciativa rojiblanca de sumarse a la lucha contra la leucemia infantil. El fútbol debe servir para cosas como éstas, además de para ganar partidos o títulos. Este detalle fue lo más emocionante de un partido plomizo, como el tiempo, de un encuentro que apenas dejó algo que llevarse a la boca. Hacía tiempo que el Atlético no jugaba tan mal, hacía tiempo que el equipo no transmitía tan poco. Es cierto que enfrente había un buen rival, un conjunto que está confeccionado y preparado para luchar por los primeros puestos, pero el Atleti no fue el Atleti ayer. Por lo menos, al que nos tiene acostumbrados en estos últimos tiempos. Ante la Real Sociedad, por ejemplo, el equipo perdió, pero tuvo ocasiones, lo intentó, acorraló al rival y sólo la mala fortuna impidió un resultado mejor. Ayer, no. Lo mejor fue el reparto de puntos y que queda una jornada menos para lograr el acceso a la Champions.

Cansino. Si el Atlético se caracteriza por algo es por jugar con mucha intensidad, por presionar arriba, por atosigar al rival, por no dejarle pensar ni jugar tranquilo. En el primer tiempo apenas hubo nada de esto. Al contrario, fue el Valencia el que jugó con criterio y el que dispuso de más ocasiones para marcar. Y en pocos encuentros ha mostrado el Atlético las facilidades en defensa que mostró ayer. Nada del equipo duro y correoso atrás de siempre. En el segundo período, los de Simeone reaccionaron, pero sin tener un dominio claro.

El Tigre. Volvió a marcar Falcao, lo que es algo positivo para el equipo madrileño. Si el colombiano está bien, enchufado, todo es más fácil. Con su tanto suma 64 goles y ya está entre los 20 mejores goleadores en la historia del Atlético. Y eso en 82 encuentros jugados con la camiseta rojiblanca. El Valencia se le había resistido en Liga y ahora sólo le quedan Levante y Celta sin hacerle gol en el campeonato liguero. El colombiano no marcaba desde el 27 de febrero y su tanto le dio un punto importante al Atlético.

El penalti. Hubo un penalti que el colegiado no pitó, como en el encuentro jugado en Valencia también un par de ellos por agarrones claros a Falcao. Como en partidos de otras temporadas, y más concretamente en Europa League, las decisiones arbitrales favorecieron al Atlético. Lo digo por los que únicamente recuerdan cuando los colegiados les perjudican. Por cierto, en Liga, el Valencia le tiene tomada la medida al equipo rojiblanco, pues lleva seis partidos sin conocer la derrota ante los rojiblancos. Pero en Europa, el Atlético le eliminó dos veces. Son las cosas del fútbol.

Los cambios. Simeone no es dudoso. Tiene mando y capacidad para hacer lo que crea conveniente. Pero la afición no entendió que no hiciera más cambios. Estaban Adrián y Cebolla en la banda y Óliver en la grada. A veces uno cree que es mejor mover un poco las piezas para romper partidos como el de anoche. Quizá desde el banquillo se entienda que hay veces que es mejor no mover nada.

Extranjeros. La lluvia propició que no se llenara el Calderón. Pero hubo muchos aficionados extranjeros en las gradas, turistas de visita en Madrid deseosos de ver un buen espectáculo. Una pena, la lluvia se llevó al Atleti, a Arda, y una bonita noche de fútbol. Plomizo, todo fue un poco plomizo.