Mediocentro con misiles

Modric y Pepe. Un mediocentro que coge cuerpo, aunque con margen de mejora, y otro que no lo será nunca. Sobre ese eje se movió penosamente el Madrid durante un tiempo ante un Mallorca al que el agua le peina las cejas, y no por culpa del emergente croata. Fue un ensayo fallido que convendrá no repetir en el futuro y que tiene más que ver con preservar el medio ambiente que con buscar una solución de emergencia. Luego se rompió la pareja y a Modric le fue mejor.

Modric es aún jugador de ratos, pero el de Manchester fue tan magnífico y tan rentable que merece insistir en él. También anoche dejó una buena impresión. Como mediapunta se queda corto en la llegada. Como mediocentro armado con misiles (uno acertó de pleno al Mallorca ayer) puede cuajar en una zona donde al Madrid le aprieta la necesidad. Y tiene voluntad de triunfar, de justificar la inversión en él. El público empieza a verle y Mourinho también.

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