Özil mostró el camino a Modric y Kaká

Modric tuvo dos caras. La primera parte, amuermado. La segunda, vivo y goleador. ¿Qué le hizo cambiar? Dos razones: una, quitarle de pareja a Pepe, que en la medular sólo corta balones y da patada para adelante (la asistencia del gol fue la excepción). Y otra, la presencia inteligente de Özil, recogiendo el balón y distribuyéndolo con criterio. Modric, sobre todo, y también Kaká, asomaron tras una primera parte de encefalograma plano. Los números del croata lo dicen: pérdidas en la primera parte 7, segunda, 3; recuperaciones 3 y 4; remates 0 y 2 (un gol). Con el escenario visto hasta el descanso, Gio se sintió el rey bermellón y se lució en la elaboración, salida y llegada al área.

Mourinho se cansó de ver vagar a su equipo y con dos cambios solucionó el 1-2. La entrada de Özil, sobre todo, lanzó al Madrid, dando confianza a Cristiano y a Higuaín, con Ramos de propulsor por la banda. El alemán frenó al Mallorca, lo arrugó y cambió todo.

Trío muy plano. Pepe-Modric y Kaká no dieron dinámica ni se adueñaron del partido hasta el descanso. Giovani jugó liberado y Alfaro le secundó.

Perfil arrollador. Dos cambios en el descanso: Özil por Arbeloa y Benzema por Morata. El Madrid adquirió un perfil arrollador, indominable.

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