Termina el ensayo general

El Barça pareció en este partido prolongar su tiempo de ensayo general. Tiene delante al Milán y ante el Depor parecía prepararse más la filosofía de ese partido que la práctica de éste, y por poco pierde la oportunidad de mantener el orgullo liguero. Pero apuntó maneras. No todas las maneras que debe retomar para ser el que fue, pero algunas sí. La defensa mejoró, aunque Song hizo algunos cantes que pudieron haberle costado caro a sus compañeros. Puyol fue el excepcional defensa que solía levantarnos del asiento para aplaudir hasta su manera de respirar en el campo. Y Mascherano hizo algunas cosas que valieron la pena, aunque fuera estéticamente.

Pinto, atrás, hizo de las suyas; es decir, nos puso la garganta en remojo. Y delante asistimos a una recuperación histórica, la de Alexis, que jugó con una confianza desusada. Marcó un gol, además, pero eso, siendo una noticia tan grande, no fue lo esencial: se desmarcó, intentó ser el jugador de todas las estaciones y le dio movilidad al equipo. La entrada de Messi, y ese segundo gol, que parecía un poema escrito con tiralíneas, fue un estímulo para que al Barça se le desenredaran las piernas. Un ensayo más: el de los medios defensivos. Hubo mucho de todo, pero todavía es poco.