Lo caro sale barato

A Rosell le gusta un jugador del Madrid. Se lo dijo a Luis del Olmo casi avergonzado, a un milímetro del propósito de enmienda. Podría ser Pepe, del que el club tiene abundante material videográfico desde la era Guardiola, pero parece que no. Y tampoco es Cristiano, al que no abriría la puerta del Camp Nou ni aunque lo suplicase. "A veces lo gratis sale caro", señaló cuando le sugirió el conductor del programa la posibilidad de que llegase libre en 2015. No le crean. Le quita el sueño.

Cristiano es pieza única. De este tiempo y de todos los tiempos. Anoche dejó otra obra de colección: semibicicleta con la derecha y misil imparable con la izquierda. Gran parte de su repertorio en menos de un segundo. Luego hizo dos goles más y enloqueció el Bernabéu, que ha acabado por convencerse de que quizá no vuelva a disfrutar de un jugador así. Y Cristiano, de que no hay altavoz más potente que el Madrid para glorificarle. Falta que el club santifique la unión. Por los siglos de los siglos.

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