No hay nada más urgente

En el peor Madrid de los últimos siete años Cristiano lleva 28 goles en 28 partidos. No existe, pues, asunto más urgente que asegurar que el futbolista más grande que ha pisado el Bernabéu de Di Stéfano a nuestros días siga en la casa. Mejor si es para siempre. Y es que a esa aplastante aritmética que ha envuelto de gloria su carrera se une ahora su popularidad, producto de la reforma de su carácter. No se le recuerda gesto censurable en los últimos meses, sino todo lo contrario. Aquel brutal codazo de David Navarro que encajó sin protestas limpió mucho su imagen extramuros. Y esa cadena de goles ante el Celta en la Copa rindió al Bernabéu.

La conclusión es que no tiene relevo, porque entre Messi (al que el Barça ya se ha asegurado casi de por vida) y él y los demás hay varios océanos. Así que Florentino, aunque vaya contra su política de negociar estas cosas en los veranos, debe encauzar la renovación de inmediato. Si es posible, antes del duelo contra el Manchester, no vaya a ser un ahora o nunca. Porque cuando sólo queda una bala, lo mejor es limpiar obstáculos del blanco. Porque las excepciones son para jugadores excepcionales. Y porque está en año electoral.

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