Un ganador, pero tres campeones

Cuando Alberto Contador se subió al podio de Madrid, miró hacia su izquierda, donde estaba Purito Rodríguez, e hizo una inclinación con la cabeza; a continuación miró a su derecha y repitió el mismo gesto señorial con Alejandro Valverde. No conforme con eso, el madrileño prendió a ambos de sus brazos y los aupó al escalón más alto para que compartieran honores junto a él. Fue una acción premeditada y cargada de simbolismo, era el homenaje del vencedor de la Vuelta a España 2012 hacia sus dos rivales.

Ese gesto en el podio recoge plenamente el espíritu de la nominación a los Premios AS. No ganó solo Contador, ganó el ciclismo. El campeón de Pinto se llevó al final el maillot rojo a casa, gracias a una insistencia que remató con un ataque lejano camino de Fuente Dé. Venció Contador, sí, pero perfectamente pudiera haberlo hecho Purito si en esa 17ª etapa hubiera tenido menos titubeos o más piernas. O también Valverde de no haber mediado aquella prematura caída el cuarto día dirección a Valdezcaray. Tanto monta, monta tanto. Y el podio de la Vuelta, al pleno, encandiló a los aficionados. Hubo solo un ganador, sí, pero tres campeones.

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