Fin de curso plácido en el Bernabéu. Las emociones fuertes están en otros lugares, donde se discute Europa (y en qué categoría de vagón se viaja) y la permanencia. Habrá partidos terribles, particularmente en Vallecas, Getafe, Málaga y Vila-Real, donde uno de los dos contendientes, cuando no los dos, jugará con el abismo del descenso a su espalda. Curioso también ese Levante- Athletic, en el que el buen equipo local podría refrendar su gran campaña con la soñada plaza europea. Por detrás le aprieta Osasuna, que visita al Racing. El Sevilla, metidos todos los números en la olla, no tiene ninguna posibilidad.

Tanta fiebre contrasta con la calma de los partidos de anoche y, más aún, con el festejo seguro en el Bernabéu, para el que el Madrid ha convocado a la afición a vestir de blanco para singularizar un día en el que espera redondear el título con la cifra mágica de 100 puntos. No va a ser fácil frente al coriáceo Mallorca de Caparrós que, desde que se incorporó, con la Liga ya en marcha, ha hecho puntuación para estar en Champions. Caparrós, de pasado castillista que nos queda ya muy lejano, es entrenador de eficacia probada, especialista en espesar partidos. Y busca puntos para ir a Europa.

Pero frenar a este Madrid en el Bernabéu es mucho frenar. Algún día se conocerá este campo como 'Museo del Gol', igual que se conoce Old Trafford como 'Teatro de los Sueños'. Los goles se han visto aquí por riadas, desde aquel inaugural, ya remoto, de Barinaga. Este curso, el Madrid ha hecho aquí 101 en partidos oficiales, lo que espanta definitivamente la leyenda de Mou como entrenador defensivo, prevención con la que se le recibió tras aquel Barça-Inter. Le ha faltado ser más atrevido aquí ante el Barça y el Bayern, eso sí, pero todo se andará. Hoy lo que toca es festejar. Y merecidamente.