La teoría del tercer radar

Efraim Barak, árbitro del TAS en el caso Contador, puso el morbo. Pero en el simposio del CSD hubo más. Como la ponencia de Mario Zorzoli, director médico de la UCI, sobre el pasaporte biológico: el seguimiento individualizado de los parámetros del deportista. "Ya teníamos el radar fijo: los controles en competición, y el radar móvil: los controles sorpresa. Ahora hay un tercer radar, que es como calcular lo que corre un coche entre dos puntos para saber si esa velocidad media es motivo de infracción", introdujo Zorzoli.

El pasaporte es un método de detección indirecta: una gran alteración de los parámetros prueba el dopaje, "aunque se desconozca la sustancia". El TAS ya ha aceptado su validez, pese a que los abogados defensores cuestionen su validación científica y la interpretación de los expertos. Su problema es que es muy caro (la UCI gasta cinco millones de euros), aunque se trabaja en abaratarlo con controles "más inteligentes y dirigidos". Pero sin duda es un avance en la lucha antidopaje, que dará más frutos: "En el futuro ayudará a detectar la testosterona y la hormona del crecimiento".

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