Briatore sería bueno para Ferrari

Cuando Briatore habla conviene prestar atención. Ha explotado como pocos sus increíbles dotes sociales para transformar a un mal estudiante hijo de un modesto abogado en un multimillonario playboy internacional. Los libros no eran lo suyo, pero sacó matrícula en la escuela de la vida. Supo ganarse la confianza profesional de Luciano Benetton mucho antes de saber cómo funcionaba el negocio de la moda o de la F-1, pero transformó cuatro tiendas en 800 y convenció al genio de Jaguar, Tom Walkinshaw, y a un joven Michael Schumacher para irse con él al equipo del que era jefe comercial. Y aprendió tanto que logró cuatro títulos mundiales y se convirtió en una voz autorizada de la F-1 con un gran lunar negro: el GP de Singapur 2008 del que finalmente salió no culpable.

Por eso en la magnífica entrevista de los compañeros de 'Radioestadio del Motor' disfrutamos de la mejor esencia del italiano. Ésa en la que habla claro y sin dobles sentidos. La que mezcla conocimiento de la competición, pasión radical de tifoso, enaltecimiento de perennes amistades y deseo de volver a coger los mandos. Y no sería mala decisión si Ferrari pensara en él para recuperar la senda victoriosa que inició Alonso a sus órdenes. Porque Flavio fue el que apostó por él para la F-1 como antes había usado todas sus estrategias para arrebatar a Schumi de las manos de Eddie Jordan. Briatore sabe cómo deben trabajar todos los miembros de una escudería en torno a la figura de su piloto estrella. Ya lo hizo en dos ocasiones y ya conocen el refrán para la tercera vez.

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