Exitazo del Real Madrid y del Fútbol

Magia. Del fútbol como acontecimiento universal y del Real Madrid como marca, como club, como símbolo de unidad, como divisa imbatible capaz de levantar ánimos por bajos que estén... que realmente están en Lorca y por extensión en toda la Región de Murcia. Magia porque por espacio de casi tres horas (súmenle al partido las idas y las vueltas, los atascos en la Nueva Condomina...) sólo los desgarradores gritos de la grada, esos "Lorca, Lorca..." sentidos y profundos, nos devolvían a la dura realidad. La grada hacía la ola, se aplaudían las genialidades de Cristiano, se pedía a Mou que saludara y saliera del banquillo, se vibraba con el golazo de Meca, con los minutitos del totanero Chendo en su remake como futbolista (fue el otro homenaje, el que le dio Mourinho ante su gente de Murcia)... Cualquiera que hubiera bajado de un platillo volante, casi como si fuera Gurb, pensaría que la noche era de fiesta... Y aunque lo fue, aunque fue maravillosa y un exitazo tremendo, no conviene olvidar qué aparecía tras el drama que hoy volverá a surgir pero al que el fútbol y el Real Madrid especialmente contribuyeron a sanar por un ratito. Un buen rato.

El partido, la pachanga amistosa o como se le llame, también deja varios apuntes. Uno: Murcia es plaza para fútbol grande. La movilización de la gente (se hubieran llenado 10.000 butacas más), espectacular. Dos: a Camacho hay que recuperarlo para los banquillos de Primera antes de que acepte alguna de las ofertas para currar en el extranjero que ya baraja. Y tres: a Mou no sólo le quiere la grada de Chamartín, en Murcia tiene su tirón, claro que Murcia es tierra blanca y desde ayer más, desde este gesto mucho más.

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