Primera gran 'final' en Primera

Aunque suene excesivamente fuerte y demasiado trascendental, Anoeta vivirá el domino la primera final de Primera para dos recién ascendidos de Segunda: Real Sociedad y Hércules. Es cierto que es más final para el equipo ahora entrenado por Djukic, pero si los de Martín Lasarte no encaran el partido como si fuera una final, se encontrarán en la peligrosa tesitura de afrontar finales aún más agobiantes en las próximas jornadas. Primero, porque se daría vida a un rival al que se le puede dar la puntilla. Miren el Málaga después de su paso por Anoeta. Nadie quiere que se repita la historia. Si el Hércules renace en San Sebastián, comenzará el verdadero declive de la Real, que no puede ni debe empeñarse en empañar su hasta ahora ilusionante regreso a Primera.

Son motivos más que suficientes para hablar abiertamente de final. Todos entendemos la trascendencia del choque. Jugadores y aficionados. Nada de dobles tintas. A las cosas se les debe llamar por su nombre. Así de claro. Pero también es verdad que no se puede afrontar una final de esas características metiendo de antemano más presión a los protagonistas. En el equilibrio está la salvación. Y si no lean y relean las palabras de Alberto Iturralde, la mano derecha de Lasarte, bajo estas líneas. Se apunta al discurso de Lasarte, ese que ya nos hizo ascender la pasada temporada. Algo de razón ya tendrá. Cuando más necesidad hay, más tranquilidad. No vaya a ser que por exceso de mentalización nos pasemos de frenada... y sea peor el remedio que la enfermedad.