Que nadie se moleste ni sorprenda

Pina fue el maestro de Buitrago, quién le enseñó las artes para fichar bien, para hacerlo barato, para armar en definitiva proyectos competitivos con palicos y cañicas. Quizás alguien vea en esa relación el motivo de la rajada de Quique a Vera... ya les digo que se equivocan si van por ahí. Pina es sobre todo hombre de fútbol y ve, como lo ve cualquiera en su sano juicio, que este Cartagena, al igual que el del curso pasado, funciona. Vaya si funciona y guste o no, haya pitonisas o pitonisos de fondo, el muñidor de este equipo fue ese Buitre al que Gómez se limpió antes de las navidades. Resta por ver si en el futuro el que se encargue de ese cometido acierta tanto. Desde luego el listón está alto. Resta también por ver si el que llega, no creo que a mi buen amigo Ángel Quirantes le pongan al frente, también es capaz de generar la perfecta sintonía que había (y que sigue habiendo) entre el saliente y JIM, la otra pata fundamental para comprender los éxitos encadenados de este gran Cartagena.

Sirva todo lo anterior para entender lo que aquí abajo nos cuenta Pinazo, el muñidor de otro gran proyecto, el de ese Granada que muy probablemente será uno de los tres contendientes con los que el Cartagena deberá luchar en tiempos de un playoff que cada vez tiene más a tiro el Cartagena. Por eso el del sábado (siempre y cuando hoy no se confirme el huelgazo ridículo que se persigue desde la patronal furgolera) es algo más que un partido. Un choque que, por cierto, seguirá el Buitre en el palco.

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