Manolo Cadenas

Escalada memorable y muy justa

El deporte ha hecho justicia porque el juego de España en el Mundial ha generado tantas expectativas que no hubiese sido entendible que no subiera al podio. Ese bronce demuestra que la escalada, tras el fracaso de Croacia, no se ha hecho esperar y, además, renovándonos. Y en sólo dos años hemos pasado del infierno a codearnos de nuevo con las mejores selecciones del continente, practicando un buen juego defensivo, y aprovechando el talento individual de los jugadores en ataque. Frente a Suecia, Sterbik ha puesto la guinda con su actuación en la portería. Él ha redondeado el trabajo de la Selección, que por fin ha podido sacar partido a Julen Aguinagalde, maltratado a lo largo del Mundial por unos arbitrajes que prácticamente impedían a España aprovechar a un baluarte tan importante como el vasco, que ayer, con una pareja que empleó el reglamento, volvió a ser el hombre sobre el que se puede asentar el ataque.

Este bronce lo necesitaba nuestro balonmano, un premio para confiar en el trabajo de los clubes y su aportación a la Selección. Y debo reconocer la emotividad de ese abrazo de los Entrerríos, con sus esposas y con el padre, tras haber perdido a su madre, Mariluz. La medalla ayudará a pasar el mal trago.

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