Los árbitros permitieron demasiado

Las dos claves que han marcado el partido han sido la excelente actuación del meta danés, Landin, y la más llamativa, la parcialidad y permisividad arbitral con la defensa del equipo nórdico. No es normal que se deje usar la dureza que los daneses emplearon en algunas acciones, como el marcaje al pivote, tanto a Aguinagalde como a Garabaya, o en defensas a lanzamientos en los que la pena de los siete metros era clara y se dejaron sin pitar. Fue un hecho que sin duda perjudicó definitivamente a España. Nunca me ha gustado explicar las derrotas con excusas sobre arbitraje, pero hay que reflexionar sobre el hecho de que ni a la IHF ni a la organización les convenía una final entre Francia y España, sin ningún equipo nórdico como protagonista.

Centrándome en el juego, España padeció falta de definición tanto desde los seis como desde los siete. Ahí destacó la figura del portero de Dinamarca, que firmó porcentajes inusuales, mientras que nuestros metas bajaron su nivel. Sí fuimos capaces de lograr buenos parciales, como el que nos llevó a llegar con igualada al descanso (12-12) tras ir perdiendo 10-6. Pero en la segunda mitad el brazo de Mikkel Hansen, capaz de desatascar el ataque danés, y el acierto de los extremos marcó el devenir del encuentro. Eso, y la exclusión de Morros en los minutos finales. En definitiva, una oportunidad desaprovechada para jugar otra final. Ahora, a pensar en el partido por el bronce. No olvidemos que ganar un metal es importantísimo.