Fatiga cara y sin gloria

Argentina no tiene competición a la vista hasta la Copa América del próximo verano. Brasil está clasificada para su Mundial y en cuatro años no jugará más partidos oficiales que los de esa Copa América. Sus futbolistas conocerán mundo sin esperar gloria, a gusto del mejor postor y a beneficio de sus federaciones. Así ha montado el negocio la FIFA, reservando fechas de obligado cumplimiento y acabando a golpe de código disciplinario con la resistencia de los clubes.

El caché de una gran selección ronda el millón de euros por amistoso. Empresas que trabajan a comisión (del 1% al 25%) compran el equipo de un país para que la federación le saque jugo. Viaje y alojamiento corren por cuenta del organizador, que paga más cuanto menos fuste tiene su fútbol y penaliza (hasta con 150.000 euros) la ausencia de las estrellas. Por eso estuvo España en México un 11 de agosto. Por eso Messi e Higuaín jugarán el viernes en Japón. Importa lo que dejan, no lo que sufren. Resulta agotador ser patrimonio nacional.

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