No es vergonzoso defenderse

La semana le ha parecido eterna al Madrid. Porque el paso de los días no le ha hecho avanzar un centímetro en su pelea judicial y, a cambio, se ha ido envenenando el ambiente de norte a sur. El Barça se hace ahora el ofendido porque Messi apareció en los sucesivos recursos blancos. "Es un jugador honesto y ama al fútbol", dijo Laporta, sugiriendo injustamente que ni lo uno ni lo otro sirve para Cristiano. El Málaga se ofendió de verdad cuando se cuestionó la fractura de nariz de Mtiliga y emergió la posibilidad de que lo certificase un médico. "No vamos a exhibir al jugador como un mono de feria", dijo Sanz. Por ahí no debería enredar el Madrid. Y el Depor presionó cuanto pudo en sus declaraciones públicas para que los comités no se ablandaran.

Así las cosas, quizá sea mejor que Cristiano no pise Riazor, porque lo que el Madrid pierde sin él (que es muchísimo) quizá lo gane en medio ambiente. Ante la grada del estadio coruñés y ante la opinión pública en general. Pero lo que no puede censurarse es que peleara hasta el final. Porque la sanción es discutible (sobra un partido), porque tiene siete bajas más, tres de ellas de 'titularísimos', y porque no puede permitirse un tropiezo cuando el Barça anda desbocado. Al Madrid se le puede negar la razón pero no el legítimo derecho de autodefensa. Incluso ante Villar.

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