Algunos siguen sin enterarse

No se sorprendan si comienzo con un reconocimiento a ciertos colectivos del ciclismo que, víctimas de este lastre, luchan contra el dopaje. Me refiero a los organizadores de las tres grandes, principalmente, pero también a la UCI y a los equipos ProTour, aunque éstos metan a veces la pata. Estas escuadras decidieron en su día no fichar a implicados en la Operación Puerto. Por eso Rubén Plaza y otros desterrados corren en Portugal, donde, por cierto, la presión de los controles es menor. Héctor Guerra no estaba implicado en nada, pero quizá con este positivo comprendamos por qué, a pesar de su calidad, no milita en un ProTour. Y ahora me pregunto: si la Primera División no quiere a estos corredores, ¿por qué la Federación los convoca para el Mundial?

No es la única interrogante que se abre con este caso. ¿Alguien entiende por qué Liberty, que ya se desligó de Manolo Saiz por su implicación en la OP, siguió patrocinando otra formación lusa con ciclistas procedentes de aquel escándalo? ¿O que el Xacobeo-Galicia incorpore en plena Vuelta a un médico, Alberto Beltrán, que entre sus méritos cuenta con una detención de los carabinieri en 2001? El ciclismo, insisto, pelea por limpiarse. Pero muchos siguen sin enterarse.

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