Un toque de atención a tiempo

Había muchas ganas en Valencia de ver el partido de ayer porque, entre tantos exámenes de verano, éste era de los que dan (o quitan) nota. Y, pese a que hubo algún detalle de calidad (enorme Joaquín), el choque ante el Sevilla dejó malas noticias para Emery, quien vio cómo su equipo sigue sufriendo desajustes defensivos que pueden costarle muy caro. Desde su banquillo pudo ver cómo su banda izquierda se convirtió en una autopista para el Sevilla y cómo el balón parado sigue siendo una asignatura pendiente que se ha de preparar para el inicio de curso.

Y otro problema. Desde que se abrió el mercado y la única incorporación que se pudo realizar en esa posición fue la del recuperado Banega, en la dirección deportiva che están preocupados por la creación del juego. Pese a los fogonazos que ha ofrecido el argentino, la manija de este equipo es propiedad de Baraja, que ayer se retiró con unas molestias que hacen saltar las alarmas. El año pasado, el Pipo lo jugó casi todo porque había pocas alternativas. Con el peroné de Fernandes en estado complicado, ahora le toca dar un paso al frente a Banega. Si no, crecerá el problema.