Medalla al valor parael Rayo

Habrá sprint para entrar en Primera y en él estará el Rayo, que ya se ha ganado la medalla al valor este curso. Merece colgársela Pepe Mel, que patroneó el equipo desde Segunda B y no se dejó vencer por el vértigo del salto de categoría. De principio a fin ha arriesgado con un centro del campo en rombo de manual: un pivote, un mediapunta y dos extremos. Y dos delanteros puros. En casa y fuera. Jugando mejor o peor, que no siempre se sirvió en Vallecas el festín de ayer. Ganando, empatando o perdiendo. Perdiendo menos que ninguno, por cierto (sólo cuatro derrotas en 33 partidos), para probar que el atrevimiento da más puntos que su carencia.

También le cae bien la medalla a Teresa Rivero, presidenta por encargo en tiempos y vocacional hasta rozar el forofeo simpático y educado ahora. No se me ocurre mejor manera de gestionar este marrón de origen matrimonial. El tiempo le ha enseñado a parar el balón, a tener paciencia, a no dejarse vencer por el impulso liquidador con los entrenadores, a mantener el buen humor bien lejos de los resultados. Y el mismo reconocimiento le corresponde a la afición, que puso viento de cola al equipo en las dos liguillas de ascenso, la fallida y la conquistada. Ahora, en las maduras, disfruta y hace la ola y las cuentas. Subir no estaba en el guión, pero improvisando se sienten contentos todos.

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