Cuando el león ruge... oe, oe, oe

Es lo que ayer al mediodía me decía a través de un sms uno de los integrantes de la plantilla rojiblanca. "Cuando el león ruge...oe, oe, oe". Técnicos, jugadores y auxiliares demostraron que están enganchadísimos con la Copa. Lo dejaron patente sobre el verde de San Mamés. 24 años después, el Athletic vuelve a tener una final que llevarse a la boca. Ha pasado demasiado tiempo sin estar en la pelea por un título. Hay una generación completa sin ningún éxito que recordar. La generación perdida de los triunfos rojiblancos. Pues bien, ya lo tienen. Sí, porque entrar en esta final es todo un logro para el Athletic. Darse cuenta no cuesta demasiado. Nada más terminar el encuentro la afición invadió el campo y los jugadores, que fueron estrujados como héroes, tuvieron que subir a saludar desde el palco presidencial.

Es el triunfo de un modelo único de entender el fútbol, la victoria de una apuesta tremenda que en los últimos años ha atravesado por momentos delicados. Pero este curso es diferente. La Copa se fijó como objetivo al principio de temporada y el vestuario ha cumplido al pie de la letra con lo marcado de antemano. Ahora sólo queda disfrutarlo. Bilbao fue ayer una fiesta completa. Por la mañana, por la tarde y por la noche, hasta bien entrada la madrugada. Es un subidón gigantesto. Desde hoy no habrá agencia de viajes en la provincia que no cuelgue un cartel en el que anuncia que se organizan viajes a la final. Allí estaremos. Habrá tortas por las entradas.

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