Wenger se instala en Nervión

Salvo el borrón de la UEFA, Jiménez se está ganando a pulso una continuidad cuestionada por muchos. Por parte de la prensa, que hemos sido duros y exigentes en el análisis de un estilo feo pero efectivo. Por los aficionados, que se han dividido en dos facciones radicalizadas y contrarias, con el técnico como elemento diferenciador: los hay que lo defienden con fiereza y los que exigen a Del Nido que lo destituya aunque gane la final de Copa. Y por los dirigentes que dudan de él por los pasillos y cambian la contundencia de su defensa al entrenador dependiendo de las derrotas y las victorias. En una semana, Del Nido pasó de marcar el 30 de junio como la fecha para decidir el futuro de Jiménez a aventurar, días después, que "será el Wenger del Sevilla". Por los resultados, Wenger ya se ha instalado en Nervión. Sólo el Sevilla es capaz de mantener la estela de los dos grandes. Las opciones reales de colarse de nuevo en la final copera abrillantan aún más el trabajo.

Yeso que el técnico no disfrutará en la segunda parte del campeonato de ningún refuerzo ofensivo, que hubiera sido necesario ante la eterna recuperación de Koné y las rodillas de cristal de Chevantón. El Sevilla sufre un evidente atasco en el juego, que se agranda en casa con las estrategias defensivas de los rivales. No da espectáculo, pero cuenta con solidez, pegada y una carga de fe que le ha posibilitado ganar un puñado de partidos en los minutos finales. Wenger se afianza en la Champions.