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Pablo Mialdea

Forlán hace que brillen los demás

Forlán no despierta las pasiones que Kun Agüero, pero la gente atlética también se entusiasma con él. Desea que marque casi más por él que por ellos mismos. "¡U-ru-gua-yo, U-ru-gua-yo!", le gritan cada vez que logra un gol (ya lleva doce en Liga, una buena marca a estas alturas de campeonato) o hace una buena jugada. Le quieren y le respetan, porque desde el primer día (ése que interrumpió sus vacaciones para jugar la Intertoto y meter al Atlético en UEFA) supo lo que era el sentimiento rojiblanco. En el Calderón aprecian tanto su sonrisa como esas carreras que se da para alcanzar cualquier balón o, más de una vez, cuando persigue hasta el área propia a un rival y evita una ocasión.

Jugador diestro, en carrera le pega mejor a la pelota con la zurda. Eso demuestra que es un futbolista completo, que se descuelga al centro del campo para recuperar balones y montar desde allí rápidas jugadas. Ahí también se nota lo importante que es para el equipo, con esas paredes y salidas vertiginosas buscando los espacios... y el gol. Se podría decir de él que es un antidivo que hace que brillen los demás. Lástima que en el Atlético no tenga a su lado un Riquelme que se las ponga como hacía en el Villarreal. Que le traigan uno y volverá a ser pichichi. Y que se quede: el cariño de la afición nunca le va a faltar.