Si a la mayoría de los béticos le propones que se queden con solo dos de los fichajes realizados este verano, seguramente una gran parte respondería Emana y Sergio García. Buena elección. Pero hay uno de ellos cuyas negociaciones fueron las más rápidas. Y es que apenas una semana le bastó al Betis para preguntar por Nelson, pedir precio, poner el dinero encima de la mesa y traerse al futbolista. No ha salido precisamente barato, seis millones de euros que el club invierte para disfrute de todos los béticos. Este portugués originario de Cabo Verde no sólo viene a trabajar para sumar competitividad a la plantilla, sino que también es de esos que van a hacer disfrutar a la grada. De hecho, ya lo están haciendo aquellos que van cada mañana a la Ciudad Deportiva.

Nelson, a sus 25 años, es ya un lateral de un nivel estratosférico. Lo tiene todo, velocidad, fuerza, verticalidad, contundencia en defensa (no se lo piensa a la hora de tirarse al suelo), pegada con las dos piernas y, lo más importante, implicación. Viene con una predisposición inmejorable, con ganas de comerse el mundo y calar hondo en el vestuario con su actitud entrante y abierta. Muchos no son conscientes del tipo de futbolista que ha llegado al Betis, pero ha supuesto una genial maniobra del club en uno de los mercados de verano más complicados de los últimos años. Uno no sabe si esto saldrá bien, si estamos ante el año del cambio, pero lo que está claro es que hoy tenemos varios jugadores de primera línea que lo tienen todo para que así sea,